“Los trabajadores de ADISFIM tienen la capacidad de hablar con nosotros de lo que sea durante los tratamientos y ese es uno de los principales motivos por los que vengo, vengo a pasar un muy buen rato, sé que voy a estar en muy buena compañía.”
Nuria es una de los protagonistas de los vídeos de la campaña “Contigo logramos sueños” que hemos creado desde ADISFIM con el objetivo de lograr los fondos necesarios para la construcción de un nuevo centro de neurorrehabilitación. Tiene veinte años y sufre una enfermedad degenerativa. Gracias al tratamiento que recibe semanalmente en ADISFIM fortalece sus músculos y aprende nuevas maneras de realizar tareas tan básicas como ponerse una chaqueta.
Nuria, a través de su entrevista, nos muestra la buena sintonía que tienen los pacientes con los profesionales de ADISFIM, compartimos su día a día, así como su gran afición, los videojuegos. Podéis leerla completa unas líneas más abajo.
¿Cómo es tu experiencia en ADISFIM, Nuria?
Llevo viniendo a ADISFIM desde los seis años, es decir, catorce. Y siempre he tenido la suerte de que los trabajadores han sido muy profesionales, tuve una “fisio” que además se dedicaba a temas de terapia ocupacional y ella me ayudó mucho a aprender a hacer cosas básicas como abrocharme las botas… la “fisio” del colegio podría haber caído en enseñarme esas labores tan básicas, pero no lo hizo.
Los “fisios” aquí fijan unos objetivos básicos, como que continúe andando con el arnés que tenemos y además me preguntan si hay algo que me preocupe, por ejemplo, tuve una época en la que noté que estaba perdiendo fuerza en el cuello, o querer tumbarme o levantarme, o pasar de una silla a la cama, con estos objetivos concretos trabajamos sobre ello.
Destaco sobre todo a la gente con la que más trato tengo, mi “fisio” me ayuda muchísimo, con la auxiliar de por las tardes también tengo muy buena relación, de hecho a veces hablamos de videojuegos pues a ella le gustan. En general todos tienen la capacidad de hablar de lo que sea y me llevo muy bien con ellos. Unos de los motivos por los que vengo, cuando a veces me da pereza y no me apetece, además del tratamiento, es porque sé que voy a pasar muy buen rato, que voy a estar en muy buena compañía. El día a día es muy divertido y entretenido.
Además, a veces en ADISFIM organizan viajes; una vez organizaron uno a Aranjuez y nos apuntamos mi madre y yo, y lo pasamos en grande.
Cuéntanos tu día a día
Voy a la Universidad en horario de tarde, por las mañanas las dedico a estudiar, por la tarde tengo clase todos los días, cuatro horas, y los lunes y los viernes tengo “fisio” en ADISFIM. Por la noche me dedico a jugar a videojuegos con algún amigo.
¿Qué estudias?
Estudio Educación Audiovisual en el campus de Fuenlabrada. Empecé a estudiar Diseño y Desarrollo de Videojuegos pero al ser algo tan nuevo y tan específico, las universidades públicas no tienen la capacidad de tener profesores verdaderamente formados en ello y era un poco desastre. Tras tres años me cansé y empecé con Educación Audiovisual, sobre todo para llegar al tema de los videojuegos, que es lo que más me gusta.
¿Es accesible tu facultad?
Bueno… hay cosas que son muy tristes. Cuando estaba estudiando videojuegos estaba muchas horas en la facultad por temas de horarios, y durante todo ese tiempo en algún momento tenía que ir al baño por lo que me acerqué al departamento de discapacidad y les dije que mi madre podía venir a ayudarme, pero que ella sola no podía levantarme, ayudarme a bajar o subir la ropa…, y les pedí que por favor me pusieran una persona. La persona que me atendió me dijo que lo iba a consultar a ver si había dinero, lo cual me indignó. Ellos están deseando ayudar a los estudiantes en mi situación, pero luego por temas burocráticos o económicos las cosas no son tan fáciles. Yo creo que debería ser automático.
Aún así, me gusta el ambiente universitario y aunque estoy en primero, a través del tema de los videojuegos hemos formado un grupo de tres personas que somos los que mejor nos llevamos.
¿Cuáles son tus aficiones?
Me gusta mucho leer, sobre todo la literatura fantástica; mi madre me leía El Señor de los Anillos para que me durmiese. También me gusta escribir, he participado en algún concurso de microrrelatos, y jugar a los videojuegos, sobre todo al Warcraft, que me ha ayudado incluso a desenvolverme mejor en las relaciones sociales.
Me gusta también ir a las librerías, aunque las estanterías para mi están muy altas.
¿Qué consejo darías a las personas que estén en una situación como la tuya o que tengan alguna dificultad?
Que aunque da pereza, hay que llevar a cabo el tratamiento. Por ejemplo, con el tema del cuello yo he mejorado muchísimo.
¿Cómo te sientes con la gente de la calle?, ¿cómo nos ves a las personas que queremos ayudaros?
Hay de todo. Sobre todo la gente mayor, se te queda mirando con pena. Y lo que más me molesta es que cuando mi madre pone las rampas para que me suba al coche, siempre, siempre, hay alguien que se queda parado mirando. Eso me molesta y pienso “¿no habéis visto nunca un coche, una rampa y una silla?”.
También hay gente que “sobre ayuda”. Para mí lo mejor es preguntar “¿te ayudo?” y yo decido si lo necesito o no.
¿Cómo animarías a la gente para que colabore en la construcción del nuevo centro?
Nuestro gimnasio se ha quedado muy pequeño y hay gente que se va muy lejos para recibir tratamiento porque aquí no hay hueco, y si tuviéramos el centro nuevo no tendrían que irse.
El nuevo centro puede dar muchísimos tratamientos a todo el mundo: fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, etc.
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